Periodismo y Cuentos

lunes, 22 de septiembre de 2014

La necesidad de avanzar

País Aborigen presentó nuevo disco en el Auditorio Oeste, demostrando que puede pasar por distintas melodías y momentos, pero sin perder esa esencia de seguir “Adelante”.

Es música. País Aborigen puede ser rock, cumbia, ska. Puede ser fiesta y también nostalgia. Puede ser optimismo al “mirar a lo lejos buscando algún modo, jugando a seguir”; puede caer en la realidad y “aceptarlo cuando todo se acabó”. Puede ser eso que se propone en cada disco. País Aborigen es música y el Auditorio Oeste fue testigo de eso.

Con cambios que se fueron gestando desde hace un tiempo pero que recién quedaron plasmados en su flamante disco, “Adelante”. Nueva voz y un sonido que va más al frente, pero sin dejar de lado las melodías que los caracteriza. Jamiro, Asustado y Licencia fueron los primeros temas que sonaron, atacando al público con lo nuevo. Hubo novedad.

“La banda necesitaba este disco”, dijo Gonzalo Fernández, esa voz todavía nueva para algunos pero que pareciera estar acoplada al grupo desde hace tiempo. Y esa necesidad quizá tenga que ver con una de las primeras frases que se escucharon: “Tratar de escapar de nuestras malditas sombras. Sin ir más allá, sortear nuestra propia historia”. Eso de esquivar adversidades también lo saben bien.

Los diferentes momentos de la noche fueron acompañados por la gente que, como en todo recital, arrancó tímida para ir soltándose cada vez más. Paisano (con Porno de Villanos) y Energía apuntaron a eso. Y ese instante en que cada integrante desgarra las cuerdas, sopla bien desde adentro, o le da fuerte a los parches, le sienta bien a la banda. Hubo pasión.

Enseguida fue el tiempo para que sonara el primer corte de difusión del disco, Ya nada es real. Aunque el más viejo de los nuevos, Maquillaje, fue el que instó a todos a saltar, olvidándose por completo de esa timidez inicial. Hubo saltos.

El costado bailable fue de la mano de Ojos, pero si la cumbia hacía moverse, ni hablar si estaban acompañados por La Sonora del Rey. Y seguido, Lupo, esa canción que siempre seguirá “a donde quiera que vaya”. Hubo baile.

Una penumbra se apoderó del escenario, mientras que la batería, bajo y guitarra la acompañaron, la voz cantó: “él te creía una bella canción, y demostraste ser lo peor”. Aunque siempre llega el momento para caminar De cara al sol. Hubo oscuridad, hubo claridad.

País Aborigen siempre le hizo guiños a las melodías de Soda Stereo y no desaprovecharon la oportunidad para hacer lo mismo con Gustavo Cerati. Con Gonzalo en voz y Matías Rodríguez Vives en guitarra, se escuchó Zona de promesas, Té para tres y Lisa. Un sentido homenaje que valió la pena escuchar. Hubo respeto.

De vuelta a la fiesta de su música y esa energía que se potenció con el Bocha Otero en los teclados. Mal menor, Lejos y No hay más anunciaron el final del show, aunque sin antes cerrar con el rockero De plástico. Una canción que marca toda una declaración de principios: “Aunque todo sea difícil, contra la corriente voy a seguir”. Hubo de todo, pero fundamentalmente, hubo música.

Luego de casi dos horas, el Auditorio Oeste vestido de celeste y blanco, pero también lleno de más colores, presenció el saludo final. Así se muestran, así son. Siguen y avanzan. Como dijeron, la banda necesitaba este disco. Siempre necesitan progresar, está en su instinto. Siempre yendo al frente, siempre "Adelante".

lunes, 23 de septiembre de 2013

Nueva voz, mismo rumbo

País Aborigen volvió a los escenarios, presentando nuevo cantante y con un sonido más potente que antes, pero con el mismo espíritu de siempre.
  
Para darle sonido a estos días, para eso volvieron. País Aborigen retomó el lugar que mejor le sienta: el escenario. Y así es que repitieron una y otra vez “yendo pa’ mi lugar” apenas pisaron el suelo de Fanky Bar en Moreno, demostrando que la banda, a pesar de algunos meses de no tocar, está más viva que nunca. Con nueva voz al frente, y con un sonido mucho más potente, quedó en claro que va por más.

Y fueron por más ya desde el inicio del show. Pasaron Siempre se va y ¿Dónde iré?, para que Gonzalo Fernández, el nuevo cantante, afirme que “ahora sí arrancó oficialmente la primavera”. Al menos el frío quedó a un lado entre el centenar de personas que había. “Tu energía es mi canción” cantaba País, para aumentar el idilio con el público. Y reafirmando con palabras el presente del grupo, el nuevo integrante aseguró que esta etapa de la banda, tan sólo es “el principio de algo que no va a terminar”.

Luego de Tirano, llegó el momento de bailar al ritmo de Ojos. Aunque lo que le seguía no iba a ser menos festivo. Se escuchó el “a donde quiera vaya, me seguirá esta canción”, ideal para que Sergio Tedesco, ex percusionista de País, vuelva a subirse al escenario y agarre el micrófono para seguir gritando “Io sono e Lupo!”, tal como lo hacía un tiempo atrás.

Luego de los aplausos llegó el momento de los pedidos, principalmente el de no vivir en una “sociedad anónima de miradas”, con No me des, lo que les dio el pie para seguir ratificando su compromiso con una causa que les toca de cerca. Natalia Agliozzo está a la espera de un trasplante bipulmonar, y aprovecharon la ocasión para seguir generando esa reflexión sobre el tema, que tanto hace falta.

Siguió la música, ideal para cerrar los ojos, dejarse llevar y buscar “la canción que debo encontrar”. “Pasó el agua que debía pasar, volvió el río a su cauce normal”, cantó Gonzalo, explicando que el rumbo de la banda sigue bien firme. El halcón y Paisano mostraron una vez más la faceta más poderosa de País Aborigen, sonando todos bien ajustados.

Nuevamente bajaron un cambio con Tal vez, a la que le siguió la nueva Maquillaje. Sonó uno de los primeros gritos de guerra de su primer disco, Latinoamérica, a la que le mecharon parte de En la ciudad de la furia, logrando una gran versión de una banda a la que le sienta muy bien los covers de grandes temas.

Yo no vuelvo anticipaba el final, otra vez poniendo a pleno a la gente que seguía disfrutando y aplaudiendo cada canción. Tratando de demostrar que la vida vale la pena, La estrategia le dio el cierre bien alegre a la noche, aunque faltaba el cierre más poderoso, ese semblante que se va afirmando con cada show. Sonó Lejos, dándole un marco ideal a Fanky, en medio de luces y explosión musical. Porque estaba la amenaza de antemano que algo iba a explotar, y vaya que sí explotó.

Con un nuevo cantante que se mostró con mucha soltura y le quedó perfecto el rol, con una nueva potencia que se afianza cada vez más, y con la certeza de que están para seguirle dando sonido a estos días. En esta nueva etapa de la banda, la noche del domingo quedó marcada como el principio de una continuación, que tampoco pareciera que tiene final.

lunes, 9 de enero de 2012

Comienzo de año aborigen

Antes de comenzar la gira que los llevará por la costa, País Aborigen se presentó en Ituzaingó ante más de 300 personas. El recital al aire libre fue la primera fecha del año para la banda de Paso del Rey.

Y comenzó el año nomás. En este caso no se trata de una cuestión estricta del calendario gregoriano sino del calendario musical, porque para País Aborigen, el 2012 comenzó el domingo en Ituzaingó. Los 30 grados de temperatura que se sintieron durante el día amainaron y dieron una tregua para poder disfrutar de una tarde-noche excelente para disfrutar de música en vivo y al aire libre. Así fue que la banda de Paso del Rey comenzó su recital a las 20 en punto, ante más de 300 personas, poniéndose a tono para lo que será la inminente gira por la costa atlántica.

Tirano fue el tema elegido para empezar el show que duraría poco menos de una hora. La banda comenzó bien arriba con los temas, casi obligando al público a, por lo menos, mover el pie acompañando el ritmo, sobre todo en la siguiente canción, Ojos. El “regalo” que siguió fue Manuel Santillán, el león, tema que difícilmente pueda aceitarse más de lo que está, en cuanto al parecido con la versión original de los Cadillacs.

Con el correr de los minutos, la luna se iba asomando justo detrás del escenario, entre árboles y edificios, creando así la mejor escenografía posible. Mientras tanto, los primeros grandes aplausos se hicieron sentir después del Te quiero reversionado, de José Luis Perales. Luego fue el momento de gritar bien fuerte “Latinoamérica sangra”, mechado con el estribillo de La rubia tarada, semanas después que se conmemoraran los 24 años de la muerte del gran Luca Prodan.

Volviendo a los temas del último disco, sonó Lupo, dejando en claro que “a donde quiera que vaya, me seguirá esta canción”. Y la que le siguió fue Tal vez, generando el aliento de la gente con un “¡Vamos País!”. El bajista Ariel Acuña fue el encargado de la conexión con el público cada vez que se acercaba al micrófono. “Que linda noche” dijo, mientras la luna comenzaba a brillar más que el pesebre de luces que se encontraba en la plaza 20 de Febrero.

Siendo la primera fecha del año, con un calor agobiante durante la tarde y en un día especial de la semana, no tuvieron problemas en aclarar que “nosotros también tenemos la fiaca del domingo”. Tocaron Yo no vuelvo, aunque sí lo hicieron para cerrar el show, en primera instancia con La estrategia, acompañados por el coro de la gente.

Hubo tiempo para las bromas antes de bajarse del escenario. “Sergio está llegando por la Ruta 2”, dijo el bajista en referencia al percusionista que faltó a esta fecha inicial. El agradecimiento a las personas que se acercaron a verlos fue retribuido con un fuerte aplauso y, por último, sonó Lejos.

En pocos días ya parten para la gira que los llevará por las playas del Partido de La Costa y de Villa Gesell. A todo esto, la luna siguió con su brillo, iluminando casi en soledad el escenario. Después de todo, desde el otro lado del charco dicen que “si este sol se te va, siempre habrá una luna”. Mientras que ese brillo que acompañó a País Aborigen durante el año pasado, el cual los llevó a tocar a Uruguay, siga con la misma intensidad, habrá música para rato.

domingo, 31 de julio de 2011

Derrotas y cuestionamientos

Varios técnicos fueron muy criticados y quedaron en la cuerda floja luego de ser eliminados de la Copa. Algunos con mejor suerte que otros pudieron seguir, pero los resultados están a la orden del día en el momento de decidir la continuidad de cada uno.

Cuando comenzó la Copa América, el sueño de todos era jugar el último partido en el Monumental y levantar el trofeo. Aunque una vez que terminó, el deseo de los entrenadores comenzó a pasar por otro lado y es el de poder seguir en el cargo. Antes los técnicos empezaban a ser cuestionados luego de un Mundial o después de una larga racha de malos resultados. Ahora, la Copa pasó a ser un parámetro más para pensar un posible despido.

“No sería lógico echar a Batista”, anunció Gerardo Martino, luego de terminada la final. Y aunque en esta ocasión, dentro de la cancha, la lógica fue de la mano con el triunfo uruguayo, muchas veces este concepto queda de lado y más si es deber de los dirigentes el llevarlo a cabo.

Y eso se ve claramente con el caso argentino, donde los directivos, con Julio Grondona a la cabeza, le dieron la chance a Sergio Batista hace tan sólo nueve meses para convertirse en técnico oficial del Seleccionado. En estos momentos, esa decisión quedó sepultada en el olvido. La eliminación ante el conjunto que sería el campeón y las malas actuaciones de un equipo lleno de estrellas que nunca terminó de consolidarse como un equipo, parecen ser fatales para la continuidad del “Checho”.

Algo similar, aunque con mejor suerte, fueron las situaciones de los entrenadores colombianos Reinaldo Rueda y Hernán Darío Gómez. En el caso del primero, al mando de la Selección de Ecuador, tuvo que soportar un empate, dos derrotas y muchas críticas luego del torneo. Al igual que con Batista, no pasó un año desde su asunción, pero por la mala campaña, los cuestionamientos se hicieron presentes.

Inclusive, desde la fase preparatoria para el campeonato, su lugar ya estaba en discusión y el mismo Rueda había admitido que conseguir buenos resultados tranquilizaría el ambiente. Desde ya que esto no pasó, pero sin embargo Luis Chiriboga, presidente de la Federación Ecuatoriana de Fútbol, lo respaldó en el puesto. Por las dudas, los nombres de Alfio Basile, Ricardo La Volpe y Edgardo Bauza ya empezaban a tomar cada vez más fuerza.

Con el “Bolillo” sucedió algo parecido, aunque con críticas un poco más moderadas por parte de los simpatizantes colombianos. La prensa de su país fue más blanda en los cuestionamientos, pero desde un principio había una pregunta instalada desde los medios: “¿Son buenas las segundas partes?”, haciendo referencia al segundo ciclo de Gómez en la Selección de Colombia, iniciado antes del Mundial de Sudáfrica.

Gerardo Martino llegó a la final de la Copa pero también su continuidad está en peligro. Obviamente, en este caso no por malos resultados, sino por algunas diferencias que se dejaron entrever entre el “Tata” y los dirigentes paraguayos. Ayer, en la conferencia de prensa post final, anunció que se tomará algunos días para analizar si sigue o no al frente de la Selección.

Igualmente si se habla de rendimientos, el de Paraguay no fue el mejor y, según el mismo técnico, fue de mayor a menor en la Copa. Empató todos los partidos, pasando de fase gracias a las manos de Justo Villar en los penales, y perdió con Uruguay el último encuentro. A pesar de esto, se respeta todo lo hecho durante el Mundial del año pasado.

Aunque por ahora, sólo la cabeza de Batista sería la única que rodaría luego del torneo continental, lo sucedido con los otros entrenadores hacen replantear la importancia de la Copa América y la incidencia que tiene en el trabajo a largo plazo de los técnicos. Las dudas, controversias, cuestionamientos y demás puntos para criticar aumentaron notablemente y parece que ya no importa tanto si se le firmó un contrató a un entrenador días antes de que empiece el torneo. Parece que lo único que importa son los resultados. Parece que ya no hay mucho tiempo para trabajar. Parece que la lógica que pide el mismo Martino, está en extinción. En realidad, no parece. Es así.

Argentina venció a Costa Rica y espera rival

Con un fútbol de mayor nivel, el equipo del Checho apareció en el torneo y opacó a un débil Costa Rica. Fue un 3 a 0 que pudo ser mucho más amplio. Las figuras estelares fueron Messi y Gago.

El objetivo en común era clasificar. Tanto Argentina como Costa Rica llegaron a la última fecha de este grupo con la clara chance de pasar a los cuartos de la Copa. Claro que el equipo de Batista tenía la obligación de ganar para quedar en el segundo puesto y no depender de un milagro.


Lo cierto es que empezó la Copa América para Argentina. La albiceleste tuvo más de diez ocasiones de gol y los ticos ninguna. Sobre este dato hay que aclarar que estas chances fueron sólo durante el primer tiempo. El aliento de la gente se hizo sentir y el conjunto de La Volpe pasó 40 minutos defendiendo bien cerca de su arquero Moreira.

Con la posesión de la pelota en poderío local, Gago sacó a relucir su mejor versión en cuanto a la distribución del balón, haciendo jugar a sus compañeros y hasta poniendo alguna que otra asistencia. A partir de sus pies y de la asociación con Messi, surgieron las mejores chances. Un Messi flotando libre, pero arrancando desde la derecha y con un Di María mucho más cerrado que de lo costumbre.

El que sí quedó bien abierto fue Agüero, que tirado a la izquierda acompañaba a Higüaín que no pudo concretar en la red ninguna de las ocasiones que tuvo, por abajo o desde los centros aéreos. Por su parte, Costa Rica tuvo una línea de 3 defensores, que obviamente eran acompañados por los laterales Mora y Leal, y por los mediocampistas por el centro, Cubero y Duarte. La revelación Campbell no tuvo demasiadas oportunidades para tocar siquiera el balón, lo mismo que Elizondo y Martínez.

Esta avanzada argentina se vio desde los 26 segundos, momento en que el Pipita tuvo su primera chance, rematando desviado. A esto le siguió el encuentro entre las figuras de la primera etapa, Gago y Messi, en donde el 10 disparó y uno de los defensores se interpuso, enviándola al córner. Pero también tuvieron sus oportunidades Agüero y Burdisso, estrellando un cabezazo en la unión del palo y el travesaño.

Los minutos pasaban y, sobre todo por impericia en la mira de los delanteros, el cero no se quebraba, hasta que apenas pasados los 45 minutos iniciales, Gago aprovechó una pelota que le quedó boyando y remató al arco. Un imperceptible desvío en el pie del capitán Acosta, hizo que Moreira atajara la pelota, pero dejándole el rebote al Kun Agüero, listo para empujarla al arco y marcar la diferencia en el resultado, que hacía rato ya se notaba desde el juego.
El segundo tiempo dejó para ver dos goles más para el conjunto del Checho, el juego asociado entre el crack del Barcelona y el del Atlético Madrid, y la ocasión de ver unos minutos en cancha a Pastore.

Ya a la vista el juego costarricense durante la primera etapa, en el entretiempo La Volpe metió mano en el equipo con una intención de cambiar, algo que no sucedió. A la cancha entraron Madrigal y Brenes, para hacerle mejor compañía a Campbell, pero la pobreza ofensiva fue igual o peor que en la primera parte.

Con un rival que desapareció por completo de la cancha, Messi dominó la pelota y realizó la cantidad de amagues que quiso. A los 7 minutos, Gago recuperó el balón pasando la mitad del campo, Higüaín se la dio al 10 y éste que habilitó de manera perfecta a Agüero que, solo ante el arquero, abrió su pie derecho para ponerla junto al palo derecho. Definitivamente el encuentro no había terminado porque faltaban muchos minutos por delante, pero ya no eran necesarios.

El Pipita nuevamente volvió a perderse un par de goles, pero igualmente apareció Di María, luego de una nueva asistencia de Messi, sabiendo cuando tenía que cuidarla, cuando enganchar ante un rival y cuando meter los pases gol. Con el 3 a 0 definitivo, Batista aprovechó para hacer cambios y poner unos minutos a Pastore, Biglia y Lavezzi, quien se ganó la segunda amonestación durante la Copa, lo que le hace perder el partido de cuartos de final.

Romero tuvo que intervenir una vez sola seriamente, ante un cabezazo de Cubero, luego de un tiro de esquina. Pero eso fue todo. Argentina largó su juego en la Copa América y logró la clasificación a la siguiente etapa. Al contrario de los primeros encuentros, fue muy superior y el resultado acompañó.