Periodismo y Cuentos

domingo, 31 de julio de 2011

Derrotas y cuestionamientos

Varios técnicos fueron muy criticados y quedaron en la cuerda floja luego de ser eliminados de la Copa. Algunos con mejor suerte que otros pudieron seguir, pero los resultados están a la orden del día en el momento de decidir la continuidad de cada uno.

Cuando comenzó la Copa América, el sueño de todos era jugar el último partido en el Monumental y levantar el trofeo. Aunque una vez que terminó, el deseo de los entrenadores comenzó a pasar por otro lado y es el de poder seguir en el cargo. Antes los técnicos empezaban a ser cuestionados luego de un Mundial o después de una larga racha de malos resultados. Ahora, la Copa pasó a ser un parámetro más para pensar un posible despido.

“No sería lógico echar a Batista”, anunció Gerardo Martino, luego de terminada la final. Y aunque en esta ocasión, dentro de la cancha, la lógica fue de la mano con el triunfo uruguayo, muchas veces este concepto queda de lado y más si es deber de los dirigentes el llevarlo a cabo.

Y eso se ve claramente con el caso argentino, donde los directivos, con Julio Grondona a la cabeza, le dieron la chance a Sergio Batista hace tan sólo nueve meses para convertirse en técnico oficial del Seleccionado. En estos momentos, esa decisión quedó sepultada en el olvido. La eliminación ante el conjunto que sería el campeón y las malas actuaciones de un equipo lleno de estrellas que nunca terminó de consolidarse como un equipo, parecen ser fatales para la continuidad del “Checho”.

Algo similar, aunque con mejor suerte, fueron las situaciones de los entrenadores colombianos Reinaldo Rueda y Hernán Darío Gómez. En el caso del primero, al mando de la Selección de Ecuador, tuvo que soportar un empate, dos derrotas y muchas críticas luego del torneo. Al igual que con Batista, no pasó un año desde su asunción, pero por la mala campaña, los cuestionamientos se hicieron presentes.

Inclusive, desde la fase preparatoria para el campeonato, su lugar ya estaba en discusión y el mismo Rueda había admitido que conseguir buenos resultados tranquilizaría el ambiente. Desde ya que esto no pasó, pero sin embargo Luis Chiriboga, presidente de la Federación Ecuatoriana de Fútbol, lo respaldó en el puesto. Por las dudas, los nombres de Alfio Basile, Ricardo La Volpe y Edgardo Bauza ya empezaban a tomar cada vez más fuerza.

Con el “Bolillo” sucedió algo parecido, aunque con críticas un poco más moderadas por parte de los simpatizantes colombianos. La prensa de su país fue más blanda en los cuestionamientos, pero desde un principio había una pregunta instalada desde los medios: “¿Son buenas las segundas partes?”, haciendo referencia al segundo ciclo de Gómez en la Selección de Colombia, iniciado antes del Mundial de Sudáfrica.

Gerardo Martino llegó a la final de la Copa pero también su continuidad está en peligro. Obviamente, en este caso no por malos resultados, sino por algunas diferencias que se dejaron entrever entre el “Tata” y los dirigentes paraguayos. Ayer, en la conferencia de prensa post final, anunció que se tomará algunos días para analizar si sigue o no al frente de la Selección.

Igualmente si se habla de rendimientos, el de Paraguay no fue el mejor y, según el mismo técnico, fue de mayor a menor en la Copa. Empató todos los partidos, pasando de fase gracias a las manos de Justo Villar en los penales, y perdió con Uruguay el último encuentro. A pesar de esto, se respeta todo lo hecho durante el Mundial del año pasado.

Aunque por ahora, sólo la cabeza de Batista sería la única que rodaría luego del torneo continental, lo sucedido con los otros entrenadores hacen replantear la importancia de la Copa América y la incidencia que tiene en el trabajo a largo plazo de los técnicos. Las dudas, controversias, cuestionamientos y demás puntos para criticar aumentaron notablemente y parece que ya no importa tanto si se le firmó un contrató a un entrenador días antes de que empiece el torneo. Parece que lo único que importa son los resultados. Parece que ya no hay mucho tiempo para trabajar. Parece que la lógica que pide el mismo Martino, está en extinción. En realidad, no parece. Es así.

Argentina venció a Costa Rica y espera rival

Con un fútbol de mayor nivel, el equipo del Checho apareció en el torneo y opacó a un débil Costa Rica. Fue un 3 a 0 que pudo ser mucho más amplio. Las figuras estelares fueron Messi y Gago.

El objetivo en común era clasificar. Tanto Argentina como Costa Rica llegaron a la última fecha de este grupo con la clara chance de pasar a los cuartos de la Copa. Claro que el equipo de Batista tenía la obligación de ganar para quedar en el segundo puesto y no depender de un milagro.


Lo cierto es que empezó la Copa América para Argentina. La albiceleste tuvo más de diez ocasiones de gol y los ticos ninguna. Sobre este dato hay que aclarar que estas chances fueron sólo durante el primer tiempo. El aliento de la gente se hizo sentir y el conjunto de La Volpe pasó 40 minutos defendiendo bien cerca de su arquero Moreira.

Con la posesión de la pelota en poderío local, Gago sacó a relucir su mejor versión en cuanto a la distribución del balón, haciendo jugar a sus compañeros y hasta poniendo alguna que otra asistencia. A partir de sus pies y de la asociación con Messi, surgieron las mejores chances. Un Messi flotando libre, pero arrancando desde la derecha y con un Di María mucho más cerrado que de lo costumbre.

El que sí quedó bien abierto fue Agüero, que tirado a la izquierda acompañaba a Higüaín que no pudo concretar en la red ninguna de las ocasiones que tuvo, por abajo o desde los centros aéreos. Por su parte, Costa Rica tuvo una línea de 3 defensores, que obviamente eran acompañados por los laterales Mora y Leal, y por los mediocampistas por el centro, Cubero y Duarte. La revelación Campbell no tuvo demasiadas oportunidades para tocar siquiera el balón, lo mismo que Elizondo y Martínez.

Esta avanzada argentina se vio desde los 26 segundos, momento en que el Pipita tuvo su primera chance, rematando desviado. A esto le siguió el encuentro entre las figuras de la primera etapa, Gago y Messi, en donde el 10 disparó y uno de los defensores se interpuso, enviándola al córner. Pero también tuvieron sus oportunidades Agüero y Burdisso, estrellando un cabezazo en la unión del palo y el travesaño.

Los minutos pasaban y, sobre todo por impericia en la mira de los delanteros, el cero no se quebraba, hasta que apenas pasados los 45 minutos iniciales, Gago aprovechó una pelota que le quedó boyando y remató al arco. Un imperceptible desvío en el pie del capitán Acosta, hizo que Moreira atajara la pelota, pero dejándole el rebote al Kun Agüero, listo para empujarla al arco y marcar la diferencia en el resultado, que hacía rato ya se notaba desde el juego.
El segundo tiempo dejó para ver dos goles más para el conjunto del Checho, el juego asociado entre el crack del Barcelona y el del Atlético Madrid, y la ocasión de ver unos minutos en cancha a Pastore.

Ya a la vista el juego costarricense durante la primera etapa, en el entretiempo La Volpe metió mano en el equipo con una intención de cambiar, algo que no sucedió. A la cancha entraron Madrigal y Brenes, para hacerle mejor compañía a Campbell, pero la pobreza ofensiva fue igual o peor que en la primera parte.

Con un rival que desapareció por completo de la cancha, Messi dominó la pelota y realizó la cantidad de amagues que quiso. A los 7 minutos, Gago recuperó el balón pasando la mitad del campo, Higüaín se la dio al 10 y éste que habilitó de manera perfecta a Agüero que, solo ante el arquero, abrió su pie derecho para ponerla junto al palo derecho. Definitivamente el encuentro no había terminado porque faltaban muchos minutos por delante, pero ya no eran necesarios.

El Pipita nuevamente volvió a perderse un par de goles, pero igualmente apareció Di María, luego de una nueva asistencia de Messi, sabiendo cuando tenía que cuidarla, cuando enganchar ante un rival y cuando meter los pases gol. Con el 3 a 0 definitivo, Batista aprovechó para hacer cambios y poner unos minutos a Pastore, Biglia y Lavezzi, quien se ganó la segunda amonestación durante la Copa, lo que le hace perder el partido de cuartos de final.

Romero tuvo que intervenir una vez sola seriamente, ante un cabezazo de Cubero, luego de un tiro de esquina. Pero eso fue todo. Argentina largó su juego en la Copa América y logró la clasificación a la siguiente etapa. Al contrario de los primeros encuentros, fue muy superior y el resultado acompañó.

viernes, 29 de julio de 2011

Batista llegó al puesto silbando bajito

El Checho se hizo un lugar en la Selección mayor sin muchas polémicas. Primero como interino y luego como entrenador oficial, cumplió con los deberes necesarios para ser el elegido de Grondona.

Atrás quedó el Mundial de Sudáfrica y con él, el nombre de Diego Maradona como técnico de la Selección Argentina. Luego del renunciamiento/despido, el interinato provisorio quedó en manos de Sergio Batista y esto hasta el día de hoy no cambió, claro, con el cambio de que desde hace ocho meses ya es entrenador oficial. En medio pasó tanta agua que muchas cosas se las llevó la corriente y otras tantas quedaron a la deriva, que si uno observa con una pizca de atención las verá a un costado, como restos de basura que ensucian el camino. Nada anormal dentro del fútbol.

Lo cierto es que desde la misma asunción de Maradona, el nombre del Checho Batista estuvo en danza. Como entrenador de los juveniles, luego como ayudante, que sí y después que no. Al fin de cuentas, su lugar estuvo en las Selecciones juveniles. No por mucho tiempo, ya que la “era 10” duró muy poco y una vez con la vacante del banco al alcance de la mano, no desaprovechó la oportunidad. Cumplió con los deberes necesarios y aquí está, como técnico oficial luego de un interinato de tres meses.

En el pasado quedaron el “Ruggeri-gate”; el “No tengo los mismos códigos ni la misma forma de pensar que Maradona”, de parte de Riquelme; los dos meses de sanción impuestos por la FIFA; el “Como persona no sirve, es una basura, no tiene dignidad”, de Jorge Ribolzi hacia Diego; la no renovación del contrato; el “Grondona me mintió, Bilardo me traicionó”, en este caso por parte del ex técnico; el 0-4 ante Alemania, y seguramente alguna que otra cuestión en el camino.

En ese interinato del Checho con el buzo puesto, Argentina le ganó a Irlanda 1 a 0 y a España 4 a 1, en lo que fue hasta el momento la actuación más brillante de su equipo. Luego llegó la derrota ante Japón por 1 a 0, pero en esos días parecía que la sentencia ya estaba firme, sin importar demasiado ese último partido.

Aunque el propio Batista se encargaba de decir que no le gustaría que la decisión pase por los resultados, sino que se tomen en cuenta “los Juegos Olímpicos, el trato con los jugadores, mi trabajo en los juveniles, la capacidad que tengo o no para manejar un grupo de estas características”. Pero por las dudas, al mismo tiempo también aclaraba que “si me juzgan por los resultados voy ganando dos a uno”. De una manera o de otra, la cuestión era permanecer en el cargo. Vaya a saber qué tuvo en cuenta de todo esto Julio Grondona, pero lo cierto es que lo consiguió sin demasiados sobresaltos.

Los nombres de Simeone, Russo o Sabella se mencionaron pero con pocas chances desde un principio. Lo más difícil era evaluar seriamente el abanico de candidatos, el proyecto que presentarían cada uno de ellos, discutir seriamente entre todos los directivos del Comité Ejecutivo de la AFA, replantear los objetivos que se querían lograr con la Selección y demás etcéteras. Pero una vez más, nada de esto pasó y se optó por lo más fácil.

En este caso, lo más fácil resultó ser elegir al entrenador que estaba más a mano y que no les ocasionaba demasiados problemas en cuanto a la creación de polémicas con dirigentes, con Bilardo o con los periodistas. Apenas se dejó ver una pequeña grieta con Grondona luego de perder ante Nigeria por goleada, con alguna que otra palabra cruzada.

La mayor polémica fue sin dudas lo recientemente ocurrido con Tevez y su no convocatoria por no estar “entre mis prioridades”, porque “manifestó algo que lo hace no estar” y, por último, por el hecho de que “juega porque me da más tenencia de balón”. De un extremo al otro, así de sencillo. De pasar de un asunto netamente futbolístico, a limar asperezas extradeportivas.

Quizás, otra de las aristas desconcertantes haya ocurrido a la hora de presentar la lista inicial de la Copa América. Desde hace poco tiempo, Batista intenta familiarizarse con las redes sociales y llegar más directamente a la gente. El resultado de esto fue la publicación vía Twitter y Facebook de la convocatoria de Oscar Ustari, cuando recientemente se había roto los ligamentos cruzados de la rodilla y también la publicación del nombre de Emiliano Insúa, cuando paralelamente, en la lista oficial de la AFA, no estaba ninguno de estos jugadores.

Igualmente, esta confusión es una mancha que no pasa más allá de eso, que quedará tapada siempre y cuando haya sido eso, sólo una confusión. Y también, como pasa siempre, cualquier pequeño o gran inconveniente quedará oculto debajo de los resultados positivos. En cuanto a esto, el Checho lleva ventaja (aunque no queda claro si para él son importantes o no).

En la etapa previa a la Copa, de 13 partidos al mando del equipo nacional, consiguió 7 victorias, 3 empates y 3 derrotas. Y los encuentros de mayor relevancia (España, Brasil y Portugal) los ganó. Desde un comienzo, Batista está tratando de imponer un estilo de juego que, a grandes rasgos, se puede llegar a emparentar con el del Barcelona. Utópico o no, los jugadores dieron el aval ante esta propuesta y de a ratos se pudo vislumbrar buenas asociaciones dentro de la cancha.

Esta es la gran oportunidad para demostrar que su convicción para afrontar el cargo de técnico, una vez desocupado, no haya sido en vano. Que su idea de no entrar en demasiadas polémicas para llegar más fácil a ese lugar tenga satisfacciones para todos. Llegó el momento de salir a la cancha y dejar atrás todo lo anterior, de demostrar dentro del campo de juego lo que se propone afuera. Llegó la Copa América y sobre lo demás, ya lo dijo Don Julio, “todo pasa”.

Bolivia: Nacidos para sufrir y festejar

Desde 1925, el país tuvo muchas malas dentro de la cancha, pero también algunas muy buenas. Todo a partir de la creación de la Federación Boliviana de Fútbol y del sentimiento que provocó este deporte en La Paz y otras regiones.

Si a algún argentino todavía le duele el 1-6 ante Bolivia de las últimas Eliminatorias, qué decir de los bolivianos que aún siguen recordándolo como una de las más grandes victorias deportivas de su país. No es para menos teniendo en cuenta que el primer partido de su historia profesional fue un 7 a 1, pero en contra, frente a Chile. Y resultados como ese último hay muchos en su haber, desde que la Federación Boliviana de Fútbol está constituida como tal.

Ese partido frente a los chilenos fue el 12 de octubre de 1926, en el marco del Campeonato Sudamericano de Selecciones (posterior Copa América), y en la misma fecha en que la Federación pasaba a ser parte de la CONMEBOL. En el resto de los encuentros de ese torneo cosechó resultados similares, en donde marcó sólo dos goles y recibió 24. Sin embargo, esos partidos quedaron marcados como el inicio de una nueva etapa.

Lo concreto es que la Federación nació oficialmente en 1925, con el motivo de entrar en el fútbol internacional luego de que a fines del siglo anterior ya se fundaran los primeros clubes. Con la creación de asociaciones que representaban a los departamentos y regiones del país, aparecieron los torneos del fútbol amateur. Posteriormente se daría el paso más grande, el de reagrupar esas asociaciones en una mayor que simbolice el deporte boliviano.

No se discute que Inglaterra sea el lugar geográfico donde haya nacido este juego, pero sin dudas que Sudamérica le dio un agregado especial, desde el calor de sus hinchadas, desde las características mismas del juego en sí y en los grandes cracks que surgieron por estas tierras. Bolivia no es la excepción a todo esto. A pesar que siempre ronde los últimos puestos de las tablas en el continente, el fútbol boliviano tiene el mismo sentimiento que se despierta en Buenos Aires, en Montevideo, en Santiago de Chile, en Asunción o en San Pablo.

Al igual que en estas ciudades, este deporte también llegó a Oruro, aunque tiempo después se trasladaría a La Paz, transformándose así como la capital del fútbol en el altiplano. Con el progresivo aumento de adeptos, se crearon los clubes y los campeonatos. Los primeros equipos fueron Oruro Royal, Bolivian Rangers y Thunders. Luego se sumarían los que tendrían una mayor convocatoria, The Strongest y Bolívar.

De esta manera es que en primera instancia nace La Paz Football Asociation (AFLP), todavía dentro del incipiente amateurismo, regulando los encuentros. Luego de varios años de partidos entre los equipos de la región, sólo faltaba algo más: dar el gran salto al fútbol internacional.

Así fue que las asociaciones de Cochabamba, La Paz, Oruro, Potosí, Santa Cruz, Sucre y Uyuni dieron por sentadas las bases para dar nacimiento a la Federación Boliviana de Fútbol (FBF), el 12 de septiembre de 1925. Como quedó dicho, poco más de un año después comenzó a ser parte de la CONMEBOL, pero anteriormente, el 3 mayo de 1926 ya había sido incluida en la FIFA, durante un congreso en Roma.

De las diez Selecciones que componen el organismo sudamericano, Bolivia fue la octava en sumarse. La primera en constituirse como asociación fue Argentina, en 1893. Luego le siguieron Chile (1895), Uruguay (1900), Paraguay (1906), Brasil (1914), Perú (1922), Colombia (1924), Ecuador (1925) y Venezuela (1926).

En este rincón del continente, el fútbol es pasión por donde se lo mire y en la ciudad que se mire. Porque a pesar de que Bolivia sueñe cada vez que se inician las Eliminatorias mundialistas o la Copa América, y pocas veces ese sueño se haga realidad, seguirá insistiendo con ese final feliz ansiado. Ese que forma parte del sentimiento futbolero que corre por la sangre.

En parte, ese sentimiento que iba en aumento, sirvió para llegar a una nueva etapa. Así, el profesionalismo llegó al fútbol boliviano en 1950. La rareza es que durante 27 años, el amateurismo continuó en algunos equipos y torneos, por lo que la AFLP agrupó a los dos sectores. Recién en 1977 se terminó de conformar la Liga del Fútbol Profesional Boliviano, dejando otra parte de la historia en el pasado.

Resulta inevitable repasar estas fechas y compararlas con el mundo argentino. Mientras en que en 1925, en el altiplano recién se organizaban para formar una Selección, los equipos de Buenos Aires como Boca Juniors, ya llegaban al viejo continente, en el marco de las primeras giras internacionales. Ni hablar de cuando la parte profesional se instalaba definitivamente y en Argentina ya había transcurrido más de 40 años de esa etapa.

Pero la historia es historia y queda en el pasado. Lo único que perdura de todas las cosas que sucedieron, es ese sentimiento que colocó al fútbol como una de las máximas emociones y que continúa vivo, en cada partido, cada aliento, cada grito de gol. Obviamente, Bolivia no es la excepción a esta regla emocional. Su fútbol estuvo marcado por hechos y hombres, como lo fue Aniceto Solares, primer presidente de la FBF y uno de los primeros que se permitió soñar a lo grande.

Los inicios marcarían que no le sería nada fácil. Sin embargo, una vez ganó la vieja Copa América, una vez clasificó para el Mundial de Estados Unidos, una vez le ganó a la Selección Argentina por 6 a 1. Lo que sueñan ahora, es conseguirlo una vez más, así como lo hicieron en 1925, también en el 2011. Porque acerca de sufrir ya saben, pero también sobre festejar.

lunes, 2 de mayo de 2011

Noche freak en el Oeste

Cuarteto de Nos brindó un gran show en Haedo repasando sus exitosos “Raro” y “Bipolar”. Hubo muchas bromas y alguna que otra sorpresa. Antes, País Aborigen abrió la fecha de manera impecable.

Fue una noche donde se revalidó lo que se tenía que revalidar. Por una parte, el brillo de una banda consagrada como Cuarteto de Nos, que ratificó los laureles conseguidos en el Oeste del Gran Buenos Aires, y por otro lado, el idilio en aumento de los fanáticos cuarteteros con País Aborigen. El resultado final tuvo una mezcla de ritmos entre ambas bandas y el mismo sentimiento por parte de la gente, expresado en cada salto, cada grito y cada gota de sudor, en medio de una noche donde fuera del Auditorio de Haedo, el frío aumentaba.

El puntapié inicial lo dio la banda de Paso del Rey y sirvió como excusa perfecta para seguir presentando su reciente disco “Donde quiera que vayas”. Vestidos para la ocasión, tiraron un tema atrás de otro y los primeros saltos llegaron con el rockero Te quiero, de José Luis Perales. Luego le sucedieron ¿Dónde iré? (primer corte de difusión), Ojos, Tirano, Emigrar, y así comenzaron definitivamente a ganarse a la gente. Aunque la conexión entre ambas partes ya provenía desde el año pasado, cuando también compartieron escenario con el Cuarteto en San Justo.

De esta manera, País siguió demostrando en vivo el progreso ya palpable en su último trabajo discográfico. Con un sonido muy bueno, aprovecharon para lucirse, tanto con los instrumentos como en la conexión con el público, especialmente Ariel Reinado, el cantante, al cual se lo vio más suelto que de costumbre. Lo mismo que el percusionista Sergio Tedesco, gritando “Io sono e lupo!”, tema de donde sale la frase que le da nombre al disco.

Llegó el momento de La estrategia, con el ensamble de percusión y batería ya clásico que anunciaba el final de su show. Por último, sonó Lejos, canción que marcó el cierre definitivo. Las pseudo corbatas que tenían puestas volaron hacia la gente, que les respondió con un fuerte aplauso merecido, marcando el crecimiento de esta relación.

Inmediatamente, el grito de “Cuarteto” empezó a retumbar en las paredes del Auditorio y, si la previa con País Aborigen fue más que buena, qué decir del plato principal que ya estaba por llegar.

Pasaron algunos minutos y, entre medio del humo que salía del escenario y las luces tenues, empezaron a vislumbrarse cinco siluetas con sus instrumentos a cuestas. Con la intro correspondiente, se comenzó a escuchar los acordes de Bipolar y la gente explotó. Desde el inicio ya se preveía que iba a resultar difícil seguirle los pasos a Roberto Musso a la hora de escupir tantas palabras seguidas. Seguido a esto, una catarata de hits fueron pasando, mezclando sus rarezas y bipolaridades, demostrado esto en Ya no sé qué hacer conmigo, Así soy yo o Mírenme, una de las primeras en generar un pogo masivo.

Llegó el turno de Santiago Tavella para agarrar el micrófono y cantar Malherido. El bajo quedó a cargo de su tocayo, Santiago Marrero, y Gustavo “Topo” Antuña comenzó a demostrar su virtuosismo con la guitarra. Para los más nostálgicos también hubo un premio: “Una canción muy vieja, tanto que cuando la hicimos Tavella era muy chico”, dijo el cantante y arrancaron con Corazón maricón. “La diferencia es que hace veinte años, Santiago corría por el escenario”, terminó diciendo Musso al final del tema.

Las bromas llegaron a la altura de las canciones y esto era ayudado por una pantalla que iba mostrando algunos videos que contradecían las palabras de los músicos en vivo. Los aplausos más grandes se los llevó el comentario del cantante: “Le hace falta una así de grande”, en referencia a un supuesto cover de Nada me da satisfacción que canta Celine Dion.

En vísperas del día del trabajador, Musso comenzó a llenar un formulario en una máquina de escribir a modo de currículum, mientras que se describía brevemente. Seguido a esto, una vez más la gente se encendió con El hijo de Hernández, tema donde la banda no sólo aclara quien no es, sino que además marca sus principios y valores (“Sé de donde vengo, sé donde voy, por eso sé donde estoy, y no me avergüenza lo que soy…”).

Un último recuerdo más lejano con Al cielo no y comenzó la recta final con la pobre vida de un empleado de oficina en Miguel gritar. Yendo a la casa de Damián sirvió para despedirse provisoriamente y volver al escenario para mostrar su narcisista Me amo.

Como frutilla del postre, Musso dejo el micrófono sin antes decir: “Ustedes crearon este monstruo”, cediendo su lugar de protagonismo. Es por esto que, altamente improvisada, pero sin embargo muy festejada, fue la presencia por única vez de Álvaro Pintos delante de sus compañeros, cantando Yo soy Alvin, el batero, en donde manifestó su disgusto: “como todo buen golero, siempre solo, siempre atrás”. Las risas hicieron eco con el “Están tocando mal ¡Toquen bien!”, de parte del baterista hacia los demás músicos, mientras que los fanáticos ayudaron con la letra.

La noche fría no se sintió para nada aunque se cantara “Alguien que dé calor” en Invierno del 92. Una ovación más para despedir a los uruguayos marcó el fin del recital y otra muestra más de hermandad rioplatense se vio reflejada en País Aborigen y Cuarteto de Nos, compartiendo público y escenario.

Ese calor que se pidió estuvo presente desde el inicio, por la gente y por todos los músicos que pasaron por el Auditorio Oeste en esa noche. Después de todo, el agite, sea uruguayo o argentino, está en el oeste y esta vez fue bien freak.