Periodismo y Cuentos

lunes, 8 de junio de 2009

El efecto de la TV en el fútbol

10/08/2008

Atlas: pasión televisada

Con la aparición del programa creado por Maximiliano Ambrosio, Atlas, el equipo de Primera D, creció mucho en los últimos tres años a nivel institucional y futbolístico. Ahora sueña con el primer ascenso de su historia.

Atlas, ese joven titán que desafió alguna vez a Zeus, nunca se imaginó que a partir de la derrota sufrida en la guerra contra los dioses olímpicos, tendría que llevar por el resto de su vida como castigo el peso del mismísimo cielo sobre sus hombros. Quizá, Ricardo Puga nunca pensó que, al fundar el Club Atlético Atlas, éste también tendría que llevar una carga importante en sus espaldas, llena de tristezas, decepciones, fracasos, y que de a poco fue tomando una dimensión inesperada, al igual que el propio titán de la mitología griega.

En ese caso más lejano, no existía la televisión para hacerle saber al mundo lo que pasaba a cada momento. En cambio, sí sucede esto con el Club Atlas, uno de los equipos más chicos del fútbol argentino, que comenzó a tener una repercusión más que importante, no sólo a nivel local; también trascendió las fronteras y ahora tiene una cantidad importante de hinchas dispersados por toda Latinoamérica.

Sin dudas que la desafiliación por una temporada al campeonato de Primera D sufrida en el año 2004, caló hondo en el club. Pero en ese momento se le ocurrió a Maximiliano Ambrosio, la cabeza principal de la productora "Autobombo.tv", llevar a la televisión la vida y los sufrimientos que padecía “el más débil de los débiles, el último de los últimos”. A partir de ese momento, a Atlas le comenzó a cambiar la suerte.

De tiempos en los que el estadio estaba completamente vacío, sin hinchas porque no había partidos por jugar, sin pelotas porque no había jugadores que las usaran, se llegó a una realidad bien distinta. Una realidad en la que hasta en cada entrenamiento hay varias cámaras de televisión que transmiten los momentos que transcurre en la vida de este equipo, con futbolistas que toman este deporte como un sentimiento y no como un trabajo, y que se ven manifiestos en muchos países del continente.

La repercusión que tuvo el programa "Atlas, la otra pasión", emitido por la señal de cable Fox Sports hacia toda Latinoamérica, fue muy notoria desde un comienzo. Y eso no sólo se vio reflejado en los puntos de rating, sino también en el mundo del ascenso argentino.

La aparición de la misma empresa de micros que transporta al plantel de Boca Juniors; o de bebidas que usan las estrellas de la elite deportiva; o que sea el único equipo del mundo que no juega en la primera división y que sea vestido por una de las indumentarias de primera marca (lugar que compartió con la Juventus de Italia hace un par de temporadas); y la presencia de algunas otras empresas importantes, no se hicieron esperar ante el efecto Atlas.

Es obvio que este equipo nunca va a llegar a ser ni Boca ni la Juventus, pero lo que comenzó a vivir desde hace tres años fue muy importante y, teniendo en cuenta la categoría en la que está, no queda tan errónea la comparación. A nivel económico se vio bastante beneficiado, siempre hablando de lo que significa todo esto para un equipo de la D.

Comenzó a tener una entrada de dinero mensual que no estaba ni siquiera en los pensamientos más optimistas de sus dirigentes. De esta manera se les alivianaron los gastos futbolísticos de una manera sorprendente. Los auspiciantes llegaron de la mano de la productora aunque desde esta afirman que sólo se limitan a filmar y hacer el programa, pero también aclaran que “tratamos de colaborar en todo lo que esté a nuestro alcance”. Inclusive, hace algunas semanas, la Asociación del Fútbol Argentino, le dio un subsidio a cada uno de los clubes de la última categoría.

Y si alguien quiere pensar que la aparición de este docu-reality, tal cual bautizó a este formato televisivo su productor general y conductor del programa Ambrosio, ayudó para que esto ocurriera lo puede hacer tranquilamente. Así, Atlas pudo remodelar el estadio que lleva el nombre de su fundador, llegando a una capacidad para 2.500 personas. Además sigue ultimando los detalles para terminar de refaccionar las cabinas de transmisión para los periodistas, los nuevos vestuarios y el cambio del tejido de la cancha, siempre con ayuda desde distintas partes.

El ascenso deseado
Pero a todo esto, el objetivo futbolístico de un club que hace pocos años estaba desafiliado es el mismo que tienen los demás equipos. Todos, tanto dirigentes, jugadores, técnicos, o los propios hinchas, quieren ser cautos con cada palabra que dicen pero no hay dudas que todos ellos quieren ver al equipo en Primera C. “El objetivo es llegar a la final y ahí ver qué sucede. Llegar a ascender sería algo muy bueno para todos nosotros, sería el premio a todo el esfuerzo”, expresa Rolando Borovsky, presidente de Atlas.

Un poco más allá va Maximiliano Ambrosio, ya parte importante del club: “el gran objetivo es ganar el campeonato. El equipo está con la mentalidad definitivamente puesta en el gran objetivo que es lograr el ascenso. Se trajo un nuevo cuerpo técnico que está muy convencido que el objetivo se puede lograr. Trajeron nuevos refuerzos y están tratando de cerrar un par más antes de irse de pretemporada”, afirmó con mucha esperanza. Y este nuevo cuerpo técnico estará a cargo de Guillermo Scesurak, hombre con historia en el ascenso, y que ganó la pulseada ante una posible vuelta de Néstor Retamar.

Pero no les está resultando nada fácil esta meta. En la primera temporada que jugaron, luego de la desafiliación, terminaron en el quinto lugar y así pudieron ingresar al reducido final por un lugar en la promoción, pero se quedaron el camino.

Mejor fue la campaña siguiente. También tuvo la oportunidad de jugar las instancias finales luego de quedar segundo, pero otra vez la suerte no les jugó a favor. En la temporada que acaba de finalizar no les fue demasiado bien. Terminaron por debajo de la mitad de tabla, siendo este el torneo más flojo del equipo. “Se fueron muchos jugadores cuando se alejó Retamar. Tuvimos muchos lesionados y expulsados. Ahí es donde estuvo la falla, nuestra intención era ingresar al reducido”, explicó al finalizar el torneo Borovsky.

El futuro en la tele
En agosto comenzará la nueva temporada de “Atlas, la otra pasión”, conjuntamente con la reanudación de la competencia oficial, aunque no se sabe si va a continuar el programa más allá de diciembre. “Cada vez que empezamos el año, lo empezamos pensando en la temporada pero sin saber qué va a pasar al año siguiente. Siempre fue el último, pero después vino otro. Hasta fin de año estamos seguros”, aclaró Ambrosio. Y agregó que la gran expectativa pasará por ver el rendimiento del equipo.

Pero en toda esta historia hay algunos elementos o términos que no están muy relacionadas con la esencia misma del fútbol. Las palabras rating o producto, al hablar del programa son importantes a la hora de analizar el ciclo y el éxito de este. Y no hay dudas que, desde su comienzo, tuvo una notable aceptación en todos los ámbitos. No por nada en el año 2006 obtuvo el Martín Fierro como mejor programa deportivo en cable.

Pero como todo tiene un principio este caso no es la excepción. A fines del año 2004, Ambrosio comenzaba a poner en marcha este proyecto, y ya con las ideas bien firmes de lo que se quería hacer, se comenzó a filmar durante el primer cuatrimestre del año siguiente todo lo que fue ocurriendo en la vida del club: cómo se empezaba a preparar el equipo para la vuelta a la categoría, la reanudación del trabajo por parte de los jugadores y del cuerpo técnico.

Así fue como se presentó ese trabajo a modo de piloto a los productores de Fox Sports. En ese momento, tuvieron la oportunidad de elegir entre la señal de cable y el canal de aire América, porque tenían productores en común. No se dudó y al cable fueron. “Prioricé que un canal de cable te permitía más continuidad en el aire, porque en los canales de televisión abierta, todo lo rige el rating, y un ciclo de estas características me obligaba a, por lo menos, seis meses para contar una temporada entera. Gracias a Dios fue la mejor decisión”, explicó Ambrosio.

Cuando empezaron con este ciclo, se enteró de la existencia de un programa en Italia que contaba también las historias de los jugadores de un club del ascenso. Pero se dio cuenta que era distinto al suyo, al ver que ese era estrictamente un reality show, porque era una especie de Gran Hermano en el cual se reclutaban a los chicos en un campo deportivo. “Lo que nosotros intentamos era darle un perfil más documental. Por eso, este formato lo terminamos bautizando docu-reality. Todo a modo de documental pero contado en tiempo real y eso puede llegar a ser la parte reality”, aclaró.

Justo cuando empezaba a tomar forma este proyecto, fue cuando Atlas estaba listo para volver a pelear en la última categoría. En ese momento, era el equipo que menos ganaba, el más humilde, el que menos gente llevaba a la cancha. Ese equipo que necesitaba la productora para plasmar sus ideas. De lado quedaban las historias felices de los más poderosos, los más exitosos, los que siempre llenan las canchas. Por una vez, se priorizaba al más débil de los débiles, al peor del mundo, según el ranking de la FIFA de ese momento.

En distintas etapas, el club había recibido varias ofertas de gerenciamiento, y llegó a estarlo en manos del Municipio de Moreno durante cinco años, en los que sufrió dos desafiliaciones. “Por eso digo que el gerenciamiento no te asegura nada”, explicó Borovsky. Sin embargo, una vez embarcados en este proyecto, las cosas empezaron a cambiar para bien del club, y también para el de la productora.

¿Qué significó todo esto para Atlas? No hay dudas que mucho, y es por eso que están muy agradecidos. Y reconocen que la suerte estuvo de su lado. Ambrosio lo explica de manera muy clara: “Para el club fue una bendición. Siempre volvía a la D para quedar desafiliado de nuevo al año siguiente. No tenía recursos, ni jugadores para competir. Iba a las canchas pensando cuánto iba a perder, y que hoy sea un protagonista del campeonato y que se prepare con el objetivo de ascender de categoría, que sea reconocido por otros clubes y por toda Latinoamérica, realmente es una bendición”.

Y así como todas las personas del club se fueron preparando para volver a jugar, también los hinchas fueron empezando a calentar las gargantas de a poco. Gargantas que se fueron multiplicando de manera impensada a lo largo y ancho de Latinoamérica. Tal es así, que hasta en los partidos, se ven caras extrañas hasta hace poco, pero que no se pudieron resistir ante el boom mediático del club. Hinchas de Uruguay se acercaron a ver los encuentros que disputaba el Atlas. Pero no sólo abarca a los países limítrofes esta pasión que fue creciendo, también alcanzó a Centroamérica.

El hecho de que una persona pueda hinchar por este equipo tan lejano geográficamente pero cercano en el sentimiento, lo explica Luis López Vásquez, entrenador de un equipo de mujeres que vive en Ciudad del Carmen, Campeche, México. Es hincha de los PUMAS de la UNAM, admirador de Boca y a partir de hace algunos años, también simpatizante del Atlas argentino. Él es un claro ejemplo de los muchos hinchas esparcidos por el continente, y afirma sin miedo a equivocarse en sus palabras: “es un ejemplo de vida para mí”.

Y expresa muy bien este sentimiento que tiene: “me identifico mucho con el club, pues jugué en la tercera división del fútbol mexicano y sé lo que significa para uno jugar en divisiones menores, todos los sinsabores que uno pasa, los sacrificios, las lágrimas. Sentir esa pasión al gritar un gol, ese sueño que es llegar a Primera algún día y que por motivos de la vida no se puede”, explicó desde su ciudad, con cierta melancolía y con mucho de entendimiento para con los jugadores.

Absolutamente a nadie se le habría ocurrido que este equipo traspasaría las fronteras. “Uno cuando lleva a cabo un proyecto como este, sueña con que la repercusión sea la mejor, pero no hay nada más lindo que el resultado te termine sorprendiendo aun más de lo que eran tus expectativas”, dijo Ambrosio.

Y en este docu-reality, los principales actores son los futbolistas. Esos que se tienen que levantar temprano para ir a trabajar, tal es el caso de su figura, Wilson Severino. Ese hombre que jugando para Central Ballester le metió un gol a Atlas que le significó la desafiliación en el 2004. Todas las mañanas se va a los ferrocarriles a trabajar y a la tarde a entrenar. Un ejemplo de los tantos que se presentan en las categorías amateur del fútbol argentino.

¿Pero son actores que actúan o que se dedican a jugar aunque estén las cámaras y sus rostros ya sean bastante conocidos? Para el presidente, Rolando Borovsky, este puede ser uno de los puntos más perjudiciales. “A veces los jugadores confunden los roles. Hay momentos que están más pendientes de las cámaras que del entrenador, pero son las reglas del juego”, manifestó. Y si se llegan a confundir, no es para menos.

Nunca estuvieron acostumbrados a vestirse con ropa de marca para entrenar. Tal es así, que hasta el día de hoy se lo escucha al técnico Scesurak, molestarse porque no la usan y se ponen otras prendas. O inclusive viajar en micros de primera clase con varios televisores en su interior para llegar a los estadios visitantes. “Todo esto puede llegar a hacerlos perder de vista lo que es el fútbol de la D. Pero después, cuando entran a la cancha, terminan dejando todo”, aclara el productor, tan metido en el fútbol como los dirigentes. Y esto también se ve en los rivales de turno.

Todo esto, los micros, las ropas, las bebidas deportivas, las recientes pruebas de juveniles en las que se anotaron más de mil chicos, la aparición de Wilson Severino en una presentación rodeado de figuras como Carlos Bianchi, Sebastián Battaglia y Leonardo Ponzio, y muchas cosas más hicieron que Atlas se transformara en el club más mediático del ascenso. Esto siempre acompañado de un crecimiento importante.

Y tanto fue lo que creció, y de manera impensada, que puede sufrirlo bastante cuando todo esto se acabe. Porque en algún momento el programa va a terminar y estará en la gente del club que lo que consiguieron hasta aquí, les sirva para hacer seguir creciendo a Atlas. A Yupanqui, “el quipo con menos hinchas”, según una publicidad de hace algunos años, se le acabó el sueño muy pronto de verse en la tele. Estará en cuánta fuerza tenga el titán para seguir sosteniendo al cielo y al club sobre sus hombros y llevarlo a la gloria.

No hay comentarios:

Publicar un comentario