Periodismo y Cuentos

lunes, 8 de junio de 2009

Juicio por la Mansión Seré

07/11/2008

Tres ex militares condenados

Los ex brigadieres Hipólito Mariani y César Comes cumplirán una condena de 25 años por delitos de lesa humanidad. El ex coronel Alberto Barda fue sentenciado a perpetua.

Los chicos que hoy gritan corriendo detrás de una pelota habrán sentido alivio en su interior aunque todavía no tengan bien en claro la razón. En ese mismo lugar donde juegan, hace 30 años los gritos eran bien distintos, estaban llenos de dolor, y son algunas de las consecuencias por las que los brigadieres retirados Hipólito Mariani y César Comes, a cargo del centro clandestino de detención conocido como Mansión Seré durante la última dictadura militar, tendrán que cumplir una condena de 25 años de prisión.

Los ex militares fueron juzgados por tormentos y privación ilegal de la libertad agravada por el uso de la violencia y amenazas, por un total de doce casos de personas que estuvieron secuestradas allí, durante los años 1977 y 1978. La sentencia la dictó el Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº 5 de la Ciudad de Buenos Aires.

También en este juicio fue condenado a prisión perpetua el coronel retirado Alberto Barda, que tenía a su cargo el grupo de defensa Antiaérea de Mar del Plata, donde funcionaba el centro de detención La Cueva. Barda fue acusado de coautor responsable de los delitos de “privación de la libertad, imposición de tormentos y homicidio”, todos agravados, tal cual mencionó el fallo leído por el juez Guillermo Gordo.

Las sentencias dictadas por el Tribunal fueron conformes a lo pedido, tanto por la querella como así también por el fiscal de la causa, Félix Crous. La única diferencia se dio en el caso de Mariani, en el que la fiscalía había pedido 50 años de prisión, la pena máxima de la legislación argentina. Igualmente, los fallos fueron festejados por las agrupaciones de derechos humanos que se encontraban en la sala.

Esta condena a los represores fue bien recibida, pero igual los abogados de las organizaciones que representan a las víctimas, seguirán luchando para que las penas sean cumplidas en una cárcel común. El fallo del Tribunal no modificó, en primera instancia, las situaciones de los procesados. Mariani y Comes, ambos de 82 años, llegaron al juicio excarcelados y Barda con prisión domiciliaria.

Una vez finalizado el fallo, Tati Almeida, titular de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, declaró: “Son tres genocidas más condenados y estamos muy contentos por eso, pero tienen que estar en cárcel común, no domiciliaria. Igual rescatemos lo que hemos logrado”. A lo que Martín Sabbatella, intendente de Morón, agregó: ““Hay que remarcar la importancia de la cárcel común, hay que seguir reclamando eso porque es lo que seguimos necesitando como sociedad. Es muy importante la condena, que se termine la impunidad, que se sepa quién es quién y qué han hecho estos personajes siniestros”.

La televisación de la sentencia
A lo largo del juicio, hubo una controversia con el Tribunal, ya que Martín Sabbatella, Félix Crous y también distintas organizaciones, como las de Abuelas de Plazo de Mayo, Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Memoria Abierta, HIJOS y varias más, pidieron que el juicio sea televisado ya que consideraban que el material documental que surja de esa televisación tendría un valor fundamental para la memoria colectiva.

Algo que recién ocurrió el día de la sentencia, luego de una recomendación de la Corte Suprema de Justicia invocando el “principio de publicidad del proceso". “Es importante porque va a ser de mucha ayuda para el futuro, para que todos puedan saber qué fue lo que pasó, quiénes son las personas juzgadas y todo lo que hicieron”, expresó sobre esto Cecilia Uriarte, integrante del equipo de investigación del Proyecto Mansión Seré.

El municipio de Morón como testigo
Algo no muy común es que en un juicio, uno de los testigos sea un Municipio. Sin embargo, esto es lo que sucedió con el Área de Investigación de la Dirección de Derechos Humanos de la Municipalidad de Morón, que se presentó ante el Tribunal en el proceso judicial que juzgó a los responsables de los delitos cometidos en el centro clandestino de detención Mansión Seré.

El Municipio contribuyó al caso aportando los resultados de las investigaciones realizadas en el lugar. Estas fueron desarrolladas por un equipo coordinado por Gustavo Moreno y la antropóloga y directora de Derechos Humanos, Antonela Di Vruno. Junto a otros organismos de derechos humanos, se comenzó a trabajar en el Proyecto Mansión Seré, conformado por profesionales de distintas disciplinas.

Este proyecto arqueológico y antropológico busca recuperar las estructuras y recabar información acerca de los usos de la casona en la que funcionó el centro clandestino de detención y torturas durante el último gobierno militar.

“Es muy importante que hayamos podido declarar en este juicio por todo el trabajo que realizamos en estos años. Aportar desde lo que hacemos para que se pueda hacer justicia es algo muy importante”, dijo Cecilia Uriarte, integrante del equipo de investigación.

El intendente del partido, Martín Sabbatella, expresó: "Esta Casa de la Memoria y la Vida es el lugar en el que el pueblo y el Gobierno de Morón dan cuenta de su compromiso con la memoria, la verdad y la justicia. Donde ellos torturaron, secuestraron y mataron, hoy hay familias enteras disfrutando, sembrando memoria y vida donde hubo horror".

Entre los demás testigos también estuvieron Claudio Tamburrini, cuya historia fue representada en la película de Adrián Caetano, “Crónica de una fuga”, donde cuatro detenidos logran escaparse, y Pilar Calveiro, autora del libro “Poder y desaparición”, en el cual explica el funcionamiento de los campos de concentración y exterminio argentinos.

Historia de la Mansión
La Mansión Seré fue adquirida por la Municipalidad de la Capital Federal en 1949 y luego fue usada como casino de oficiales de la VII Brigada Aérea de Morón, una vez producido el golpe de estado. Entre 1977 y 1978 funcionó como uno de los centros clandestinos de detención más importantes de la provincia.

Luego de la fuga en la cual escaparon cuatro detenidos, los demás secuestrados fueron liberados o trasladados. La casona fue incendiada y dinamitada para ocultar cualquier evidencia. Terminó de ser demolida en 1985 cuando se creó el predio deportivo y recreativo Gorki Grana.

En los años noventa, el intendente Juan Carlos Rousselot ordenó construir un edificio para realizar reuniones privadas. En la actualidad se realizan actividades culturales, talleres, charlas, debates políticos y también se brinda asesoramiento jurídico para casos referidos a vulneraciones de derechos humanos.

Romina Isidori
Leandro Rodríguez

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