Periodismo y Cuentos

lunes, 15 de junio de 2009

La Matanza - CTI

05/06/09

Se creó la Central de Trabajadores Informales

En el Mercado Central se realizó la presentación oficial. Cartoneros, feriantes, obreros de la construcción y vendedores ambulantes, entre otros, formarán parte de esta organización que tiene el objetivo de salir de la informalidad para pasar a la autogestión.

En medio de aplausos y mucha alegría en las personas presentes en el Auditorio del Mercado Central de Buenos Aires, se dio por oficializada la creación de la Central de Trabajadores Informales. Con una de las frases escritas en las tantas banderas que decoraban el recinto dejaron en claro su propósito con todo esto: “De la informalidad a la autogestión”. Ese es el objetivo de esta nueva agrupación que emerge y que congrega a carreros y cartoneros, changarines, vendedores ambulantes, feriantes paraguayos y bolivianos, empleadas domésticas y obreros de la construcción, entre otros.

Con Raúl “Tuncho” Alegre, Secretario General de la Central, como principal orador se dio a conocer ante alrededor de 300 personas este logro para ellos. “Venimos a ocupar el lugar que nos pertenece, sin violencia ni desplazamientos de otros sectores”, aclaró Alegre, también representante de la Unión de Carreros y Cartoneros de La Matanza.

Esta agrupación se crea después de varios años de lucha y, principalmente, es apoyada por el Instituto Nacional de Asociativismo y Economía Social (INAES), dependiente a su vez del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación.

Las personas que componen esta Central se diferencian de los que trabajan en negro o los que son ilegales. Los trabajadores en negro son aquellos que forman parte de unidades económicas formales pero que no pagan impuestos, evaden reglamentaciones y no están regularizados. Por su parte, los trabajadores ilegales son los que comercian con actividades ilícitas como el narcotráfico, estafadores, etc.

Es por esto que ellos necesitaban estar dentro de un marco como el de esta organización, que les permite estar representados antes los otros sectores económicos formales, ya que “somos el 50% de la población económicamente activa del país y queremos el reconocimiento que se nos debe”, según Alegre.

Esto ante la mirada de obreros de todo tipo, que miraban y prestaban mucha atención en un auditorio moderno, prolijo por donde se lo mire y casi repleto. Eso sí, con una especie de empapelado, aunque en este caso era de banderas con las inscripciones de algunos de sus propósitos y con los nombres de las cooperativas y organizaciones participantes.

La historia de todas estas personas, para llegar a esta instancia, comenzó en la década de los 90, cuando muchas de ellas perdieron su trabajo, y su inserción en la economía había quedado nula. Ya con la crisis del 2001 instalada, decidieron agruparse y formar distintas cooperativas que les diera la posibilidad de mantenerse en un nivel medianamente estable para sobrevivir. Todo esto se vio reflejado en una serie de imágenes previas a los discursos de los oradores, en la única pantalla que había.

Decidieron formar parte de la Central de Trabajadores Informales, algunas cooperativas como las de: la Unión de Carreros y Cartoneros de La Matanza; la de lavado de botellas Dignidad Laboral; la de agricultores Tierra Libre; la de costura Cosiendo Futuro; la de Trabajadores de Prensa y Comunicación (COOTRAP); la de Servicios Mecánicos; las de construcción 22 de Abril, Coplabor y Juan José Obrero y la de hilado 10 de Noviembre.

Además del reconocimiento dentro de la economía, también quieren una cobertura médica y una seguridad laboral. Igualmente, Hugo Fontan, representante de la Cooperativa Juan José Obrero, recalcó que “la tarea va a ser difícil”. Al mismo tiempo que remarcó que “individualmente nadie se salva, nos salvamos todos de manera colectiva”. Mientras los demás

En la media mañana, ya casi mediodía y con frío al aire libre, aunque con algo de calor dentro del auditorio, las palabras se seguían pronunciando. En este caso era el turno de Antonia Argota, de la Cooperativa 10 de Noviembre, que resaltó la actualidad y la importancia de las mujeres en esta lucha. Ella, junto a otras compañeras, recuperó una fábrica de hilado y lograron ponerla en funcionamiento luego que el dueño se declarara en quiebra.

En su breve discurso hizo hincapié en la diferencia de género y que ellas muchas veces tienen varia tareas simultáneas, como las de amas de casa, madres y trabajadoras. Con respecto a esto mismo dijo que “la lucha diaria es fuerte”.

Otro de los oradores en el acontecimiento, fue Olimpio Guerrero, representante de la Cooperativa Coplabor y de la comunidad paraguaya. “Acá no existe la nacionalidad, tenemos que estar todos juntos para poder seguir luchando porque es la única manera de subsistir”. Además agregó que “es importante esta convención porque nos va a posibilitar que los trabajadores informales estemos organizados y representados”.

De esta manera y después de 45 minutos, la oficialización ya era un hecho. Las dos personas restantes que estuvieron en la mesa principal no hablaron pero sí mostraron su satisfacción visible en las sonrisas. La infinidad de aplausos, abrazos y alegría de todos los presentes se expandieron por todo el lugar. Algo que siguió a la salida del auditorio, ya en las calles internas del Mercado Central.

“Los trabajadores informales somos desaparecidos sociales” decía otra de las banderas presentes. Un reclamo que viene desde hace varios años y que ahora, con la Central de Trabajadores Informales oficializada, tomará mayor forma y más fuerza. La sede funcionará en la Cooperativa de hilado 10 de Noviembre, ubicada en la calle O’ Brien 75, Lomas del Mirador.

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